«Filomena» apareció estos días tímidamente por la zona baja de San Esteban de la Sierra y nos dejó algunas estampas poco habituales en nuestras viñas.

2021 ha entrado con este temporal de frío y nieve que afortunadamente en nuestra zona no nos ha afectado demasiado. El frío es normal en esta época y viene muy bien para determinadas labores tanto en campo como en bodega.

En el campo es tiempo de *esmellinar y si se puede, abrir la tierra para que penetre el agua de lluvia hasta las raíces profundas de las cepas, de manera que puedan ir abasteciendo sus reservas de cara a la estación seca.
Este año hemos comenzado nuestros trabajos de invierno en la viña “El Pozo”. Allí pudimos hacer la pre-poda y arar antes de que llegara la nieve.

En la Hontanilla que se encuentra a más de 900 metros de altitud, aprovechamos también los días previos a la nevada para hacer la poda larga. Cuando amaine el temporal seguiremos con el resto de labores.

En “El Calvario”, comenzamos a esmellinar pero tuvimos que parar debido al fuerte frío y a la nevada. Ya vendrán días soleados a finales de enero y principios de febrero en los que podremos continuar de una forma más agradable.

En la bodega es momento de trasegar el vino. Las bajas temperaturas favorecen la decantación de los restos de levaduras y demás sustancias orgánicas que aún contiene el vino y que conviene eliminar lo antes posible para evitar malos olores y sabores.

Hacemos el trasiego por caída libre del vino, para lo que elevamos las barrricas por encima del nivel del depósito. De esta manera evitamos aspirar los posos del fondo de las barricas y vamos filtrando y clarificando poco a poco en cada uno de los trasiegos de una forma natural.

No cabe duda de que este modo de proceder es bastante más trabajoso y lento que hacerlo por bombeo directo, pero esto es precisamente lo que identifica a los vinos de pequeñas producciones y a los proyectos como Pedro Martín.
* En nuestra zona se llama «esmellinar» al primer trabajo de poda que se hace en la viña. Consiste en eliminar toda la madera seca de las cepas y los brotes que pudieran haber nacido tras la poda en verde. De esta manera quedan ya los pulgares definitivos, bien con poda corta (dos yemas y la ciega) o bien pre-podados (cuatro o cinco yemas) para podar definitivamente en marzo o abril, cuando haya pasado el principal riesgo de heladas.
Excelente referencia como siempre Pedro! Feliz Año Nuevo y que el vino nos siga acompañando. Un abrazo
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Feliz Año para vosotros también Carlos. A ver cuando podemos descorchar una botella de vino y pasar un buen rato.
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Veo que el PM2020 evoluciona favorablemente. Estoy seguro que será recordado por sus virtudes en contraposición con la mayoría de acontecimientos del año.
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Ha sido un año difícil para todo, también para la viña, pero a pesar de todo hemos conseguido sacarlo para adelante. De momento apunta muy buenas maneras, el sábado lo catamos y así podrás hablar con conocimiento de causa José Manuel. Esperemos que se vaya solucionando todo esto y que podamos degustar nuestros caldos con la armonía que lo solemos hacer.
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